Actividades y Tertulias
 
RONDA, CONFERENCIA FLAMENCA DE JOSE lUIS JIMENEZ SANCHEZ

 


EL FLAMENCO ACTUAL  EN RONDA

Creo que fue hace un par de años cuando escribí un artículo para la peña de mi sobrino Dani dedicado a los toreros flamencos. Era un trabajo para la revista anual, en las Fiestas de Pedro Romero, que edita la Peña de los seguidores rondeños de Morante de la Puebla. De nuevo me piden la colaboración y ahora voy a decir algo de lo que pienso del flamenco actual en Ronda.

Para lo pocos iniciados en el arte de Belmonte tengo que decir que, como expuse en mi anterior artículo, “los toros y el flamenco siempre han ido cogidos de la mano, han estado muy emparentados entre ellos”. En Ronda tenemos las dinastías toreras de los Romero y la de los Ordóñez de las que ya queda poco por conocer. Todos los años, por estas fechas, aparece algún dato nuevo de ellas en los artículos que se publican en las distintas revistas de la feria.

No pasa igual con el flamenco. Aunque Ronda y su Serranía es cuna de cantes y cantaores, aún queda bastante por desempolvar. No obstante soy optimista y pienso que cada día se sabe más y las veredas de búsquedas son más numerosas. Como muestras, tenemos el interesante libro de María de la Paz Tenorio y Gabriel Olea, “El Flamenco en Ronda y la Serranía”, editado en 2010 y también las  “Pinceladas Flamencas y Los Cantes de Ronda” escritas por el autor de este artículo. En mis cuatro trabajos dedicados a la serrana, la rondeña, la caña y el polo he intentado profundizar en nuestros cantes pero soy consciente que no está todo dicho. Después de muchos años dedicados a escribir estas “Pinceladas Flamencas”, siguen apareciendo datos nuevos. Valga de muestra algunos ejemplos.



Concretamente en mi trabajo dedicado a la rondeña, cuando me hacía eco del poeta José Carlos de Luna en su libro “De cante grande y de cante chico” ( página 147),   afirmaba el malagueño, respecto a este cante, que “tiene dos formas de cantarse: una por alto, en que adquiere su máxima brillantez, y otra por bajo, conservando su misma modulación y cadencia (…)”. Pues bien, ahora aparece el escritor de Salobreña, Jorge Martín, y nos dice que hay “tres modalidades distintas (de rondeñas), impresionadas en discos del Mochuelo, Jacinto Almadén y Rafael Romero; quizá el número pudiera ampliarse a cuatro, si como algunos estimas, consideramos como rondeñas a los fandangos que Pepe el de la Matrona grabó en Francia, en un disco de la marca Chant du Monde” (“Las malagueñas y los cantes de su entorno”, página186).

Si nos vamos a los artistas rondeños de la edad de oro del flamenco (Tobalo, La Andonda, Aniya, Paca y María Aguilera, La Nena y Tragabuches), quedan muchos datos por rebuscar en hemerotecas  y  en libros antiguos. No obstante cada día se van descubriendo más. Y si no, veamos:

            -De Tobalo, si es Cristóbal Palmero, hay un familiar suyo que se llama Cristóbal Palmero Ruiz y que vive en Villafranca  del Penedés (Barcelona) que tiene el árbol genealógico de nuestro paisano. Esperamos que algún día lo saque a luz pública. Sí sabemos ya que se casó en 1788  y que fue en la “vicaría de Ronda (sic)”. En lo que queda del Archivo histórico eclesiástico, en la Catedral de Málaga, no hay más datos.

            -De La Andonda (María Amaya Heredia), maestra de las tres clases de soleares que conocemos gracias a Paca Aguilera, se sabe, documentalmente, que fue la compañera del hijo del Fillo, también cantaor, Francisco de Paula Ortega Vargas. Estamos a la espera que mi amigo, el escritor- investigador moronense Luis Javier Vázquez Morilla, publique la biografía de nuestra paisana.

            -De Aniya  aparecen cada día más datos. Ya sabemos que nació en el nº 22 de la calle Jerez pero no, como siempre se ha dicho (incluidos María de la Paz Tenorio y Gabriel Olea), el 27 de Septiembre de 1855 sino el 28 de Febrero del 1853 a las 8 y media de la mañana. Se bautizo en la Parroquia del Socorro y no en Padre Jesús.

           -De Paca Aguilera es de quien, en los últimos años, se han recogido más datos. Ya sabemos  dónde y cuándo nació y murió. Tenemos la partida de matrimonio de sus padres y las de bautismo de los 14 hermanos. Ella fue la décima. Conocemos la mayoría de sus cantes de lo que hay mucha leña que cortar. Nos falta por saber de su estancia en Málaga, Sevilla y Cartagena.



Hace unos días recibí de la archivera municipal de Oviedo, Ana María Herrera Montero, una noticia aparecida en uno de los periódicos de la época, “El Correo de Asturias”. La noticia se publica en  1903, todos los días, desde el día 19 de agosto hasta el 13 de septiembre, inclusive. Dice así:

“Gran Café de Madrid

Salón de conciertos.

Todas las noches, a las nueve y media, variadas veladas de canto y baile por los renombrados artistas Srta. Paca Aguilera, cantadora; D. Francisco Reina, profesor de guitarra, y Srtas. María Jesús Reina y Paquita López, bailarinas.



Ensayo, todos los días, a las tres de la tarde”.

Más curiosa es la noticia aparecida en “La Correspondencia de España”, el 11 de junio del 1904. Dice así: “Salón Actualidades. Con éxito excelente se estrenó anoche un apropósito de costumbres andaluzas, titulado “Al volver de de la corría”.

Dicha obrita, aunque sólo es un pretexto para presentar una colección de hermosas mujeres y varios bailes típicos andaluces, tiene mucho ambiente local.

Oyeron grandes aplausos Amalia Molina, en un tango que bailó primorosamente; la célebre Paca Aguilera que, además de cantar, bailó muy bien por alegrías; las hermanas Esmeraldas y la notable profesora de guitarra Adela Cubas.

Los Sres. Montesinos y Torres, autores del libro, y el maestro Badía, que ha escrito la música, fueron llamados a escena varias veces, en unión de las artistas que interpretaron el citado apropósito”.  Paca Aguilera bailaora y actriz.

            -De María Aguilera, guitarrista, cinco años mayor que su hermana Paca, sólo se sabe lo que nos dejó dicho Fernando el de Triana, al hablar de esta: “excelente artista a quien tuve el gusto de conocer desde que era niña, cuando cantaba en la plaza de Villasis, en Sevilla, acompañada a la guitarra por su hermana María, que fue una buena guitarrista”.

He encontrado un hilo del que tirar para sacar nuevos datos y que aparece en “La Unión Mercantil de Málaga”, del 3 de abril del 1904. Dice así: “Dª María Aguilera Domínguez, profesora de guitarra de género andaluz y baile de sevillanas, da lecciones a domicilio y en su casa Trinidad 72. Precios módicos”.

           -De Tragabuches y su amante María “La Nena”, en los 12 artículos periodísticos  recopilados de la Biblioteca Nacional de España (desde el 1897 hasta 1935) hay materia para escribir varios artículos e incluso un libro. Al final llego a la conclusión de que hay mucho de leyenda y fantasía, también de literatura romántica y sensacionalista en estos dos personajes flamencos. A María “la Nena” la retratan como “una real hembra” con “ojazos como el azabache” que le puso los cuernos a su amante el Tragabuches, al que le vendía el contrabando que recogía este en El Peñón de Gibraltar, cuando no toreaba.



Entresaco  un trozo de un artículo de la revista “Pan y Toros”( Madrid. 19/7/1897. Nº 68. Pág.10-11).

“Entonces una voz de hombre acompañándose de una guitarra empezó á cantar



Una mujer fue la causa

de mi perdición primera.

—¡Maldita copla!—dijo el torero.

—¡Ole!—exclamó una voz femenina con entusiasmo.

—Esa voz...—balbuceó Ulloa—y sintió que las piernas le flaqueaban.



Subió hasta el primer piso, entró en su casa sigiloso como un tigre, y al mirar por entre una cortina, sus ojos brillaron y su boca dejó escapar un rugido de rabia. “Su mujer, la hermosa perchelera, estaba sentada sobre las rodillas de un mozo enteco, y le atusaba con mimo los cabellos mientras él cantaba con voz aguardentosa. Al entrar el torero, la pareja se sintió poseída de pánico; pero el mocete, reponiéndose pronto, alzó la guitarra sobre la cabeza de Tragabuches, que más rápido que el pensamiento le hundió su navaja en el cuello”. La escena la ubica el articulista, Leopoldo López de Saa, no en Ronda sino en “El Perchel” de Málaga el 14 de marzo de 1814.   



En otro periódico, “La Voz de Madrid” del  6 de octubre del 1926,  la descripción es distinta y se desarrolla en Sevilla. El artículo se titula “Toros, Arte y Politiqueo” y esta escrito por un tal Roberto Castrovido. Hace una lista de artículos sobre toreros y, cuando llega a  Tragabuches, dice textualmente: “Pondría en la lista que, aún no completa es larga, Los siete niños de Écija, porque en ese novelón se incluye el que podemos 11amar “romance de Tragabuches”. Tragabuches era gitano. Alternó como matador de toros con el célebre Pedro Romero. La carrera taurina de Tragabuches fue truncada por una tragedia. Volvió de improviso a su casa de Sevilla y sorprendió a su mujer (una gitanaza muy guapa) con un acólito apodado Pepe el Listillo. Huyó el tal y se metió en un tonel vacío; pero allí lo encontró Tragabuches, quien abrió la navaja y le degolló. Furioso, volvió a la estancia donde sorprendió el adulterio, y cogiendo a su mujer en brazos la tiró por la ventana a la calle y la mató. El homicida y parricida huyó de la justicia y se juntó a la partida de bandoleros qua acaudillaban los Niños de Écija. Se atribuye a Tragabuches la composición del todavía popular cantar que dice así:



“Una mujer fue la causa

de mi perdición primera;

no hay perdición en el mundo

que por mujeres no venga”.



En la “Libertad de Madrid” del 15 de febrero del 1925, en el apartado “Calendario Taurino (15-02-1801)”, encontramos la misma escena en Ronda donde su amante “La Nena” es una célebre cantaora y no bailaora. Transcribo un párrafo del artículo escrito por un tal Rafael: “Cuando se hallaba en Ronda, viviendo con su mujer, una célebre “cantaora”, fue avisado para torear una corrida también en Málaga, con el espada Panchón; pero a las pocas horas de haber emprendido la marcha, sufrió un accidente que le obligó a retornar a su casa. Al entrar en ella sin avisar— terrible imprevisión—sorprendió a su mujer, la “cantaora” en brazos de un sacristán llamado  “Pepe el Listillo”(…)”.

Me quedo aquí pero hago dos precisiones. La primera es que la mujer de Tragabuches era la gitana Catalina de Cáceres Marín con la que se casó el 23 de abril de 1810 en la parroquia de Arcos de la Frontera donde él nació el 28 de septiembre de 1781. El por qué se le ubica en Ronda es otra historia.

La segundo precisión es que la rondeña María la Nena no tiene nada que ver con la famosa Manuela Perea La Nena que nació en Sevilla en 1828. En esta fecha tenía Tragabuches 47 años. José Luis Navarro, al hablar de la primeras bailaoras boleras, nos dirá  que “entre las boleras que llevaron a las tablas estos bailes destacan por encima de las demás Amparo Álvarez la Campanera, Manuela Perea la Nena, Petra Cámara, Josefa Vargas y Pepita de la Oliva” (“ De Telethusa a la Macarrona”, pág 250). Y hago esta afirmación porque he visto en más de un escritor flamenco confundir la rondeña María La Nena con la sevillana María Perea la Nena. De la bailaora de la tierra del Betis se sabe mucho, de la de la tierra de Pedro Romero muy poquito.



José Luís Jiménez Sánchez.


 






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